No Golpees Esa Ventana
A los niños les encanta jugar con la pelota. Ya sea fútbol, baloncesto o béisbol, así es como se divierten al aire libre y se mantienen activos. El juego solo se vuelve peligroso cuando se realiza en vecindarios donde las ventanas corren peligro. Cualquier propietario sabe que reparar un cristal roto es costoso y, en la mayoría de los casos, un gasto innecesario cuando no es su culpa.
Un vecino ideó una forma curiosa, aunque drástica, de proteger sus ventanas de ser destrozadas por un balón: colocó rejas en ellas, algo con lo que cualquiera estaría de acuerdo que sería suficiente para salvar cualquier cristal de romperse. Sin embargo, este vecino fue más allá y añadió púas a las rejas para dejar clara su postura: no toleraría de ninguna manera que los balones golpearan su ventana. Bueno, mensaje recibido..